jueves, 22 de octubre de 2015

QUE DICEN TUS PADRES ACERCA DE TU RELACION

¿Qué dicen tus padres?

En decimosegundo lugar, debes considerar seriamente y responder verazmente a
lo siguiente: "¿Están de acuerdo y satisfechos mis padres y
los de ella, o él,
según el caso de
nuestro noviazgo y posible futuro casamiento?" Dios ordena:
"hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo". Y:
"Obedeced a vuestros padres en todo, hijos, porque esto agrada al señor" (Efesios
6:1 y Colosenses 3:20). Si los padres no dan su aprobación es impropio y
peligroso persistir con los planes. "No es justo". La obediencia del joven a sus
padres "agrada al Señor". Sicológicamente no hay paz en lo íntimo de un
matrimonio gestado sin la aprobación paterna y materna. Por otra parte, la
satisfacción, la alegría y la confianza abundan cuando las familias se forman con
el "sí" de nuestros más queridos seres en el mundo. ¿A quien irás en busca de
consejo cuando surjan desavenencias con tu cónyuge? ¿No te contestaran: "Ya te
lo habíamos advertido, ya te dijimos que no te casaras con Fulano"? Suponiendo
que no vayas buscando consejos al chocar con luchas internas. Interiormente te
vas a preguntar a ti mismo: " ¿Tendrían razón papá y mamá al oponerse a nuestro
matrimonio? ¿Estaremos encaminados al desastre? ¿Y si en verdad fue todo un
error?" ¿Te das cuenta que devastador puede resultar todo esto? Si es de Dios
que vosotros os caséis, Dios mismo puede cambiar la decisión de tus padres.
Quizás ellos están esperando ver más madurez en vosotros. O más
responsabilidad económica, o disciplina propia. Averigua tú personalmente porque
se oponen. Tal vez una sencilla aclaración de tu parte lo resuelva todo. Pero haz
tu averiguación con sinceridad, sencillez y humildad. El atropello, la arrogancia o el
empuje camal a poco lleva.



¡Deja que Cristo controle tu temperamento! y si
quieres leer un pasaje que te va a orientar mejor que cualquier otro acerca del
noviazgo y el casamiento, aquí va mi recomendación especial. La receta bíblica, si
me permites la frase, la hallarás en Efesios 5:21 al 33. Vas a descubrir lo que es
una mujer casada, lo que es un hombre casado, lo que es vivir juntos y cómo
amarse de manera verdadera. El noviazgo entre un hombre y una mujer es
símbolo de Cristo y de su Iglesia. Cristo y la Iglesia revelan el ideal del amor entre
un hombre y una mujer. Esto eleva al matrimonio y al noviazgo a un nivel
completamente superior. El joven debe darse cuenta de que el, al ser novio, a los
ojos de Dios es un símbolo de Cristo. ¿Qué te parece la idea, joven? ¿Qué te
parece a ti que ya estas casado? ¡Qué cosa tremenda es pensar que yo, hombre
casado, y tú, hombre todavía de novio, somos símbolos de nuestro Señor
Jesucristo en la relación con nuestra novia, con nuestra esposa! La forma en que
la tratamos, en la forma que buscamos su bien, en la manera en que buscamos su
felicidad, así demostramos el amor de Cristo. Tu me dirás: "sueno, ¿cómo puedo
encontrar yo el amor de Cristo en mi corazón?" La Biblia dice en Romanos 8: 5:
"El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo
que nos es dado". Allí se encuentra la fuente del amor perdurable, del amor
profundo, del amor que viene de Dios. Ninguna pareja de jóvenes que piense
casarse debe enfrentar el día del matrimonio sin ese amor de Dios derramado en
su corazón. Querido joven, estimada señorita, yo espero que tu corazón este lleno
del amor de Dios; que el amor de Dios este derramado en tu corazón, con una
inundación fabulosa de parte de Dios por medio del Espíritu Santo. Y si todavía no
has recibido a Cristo, entonces recíbelo en este momento. AI hacerlo, Dios va a
enviar el Espíritu de su Hijo a tu corazón y tu vas a empezar a amar con pureza,
maravillosamente, y vas a entrar al camino de un matrimonio feliz para la gloria de
Dios. ¡Hazlo ya mismo!



Efesios 5

Someteos los unos a los otros

21 Someteos unos a otros en el temor de Dios.

22 Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor;

23 porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador.

24 Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo.

25 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella,

26 para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra,

27 a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.

28 Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama.

29 Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia,

30 porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos.

31 Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne.

32 Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia.

33 Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido.


-Con quien me casaré? - Luis Palau pag 17 del PDF - 

No hay comentarios:

Publicar un comentario