Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.
Oí
una voz que desde el cielo me decía: Escribe: Bienaventurados de aquí
en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu,
descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen.
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