viernes, 1 de agosto de 2014

EL DIOS QUE TRASCENDIÓ EN AMOR

¿Cómo es posible que Dios nos ame tanto?

¿Cómo puede un Dios santo tener la capacidad de entender con ternura y afecto el dilema humano? ¿Cómo el Creador de todas las cosas se despojó de majestad y se vistió de humanidad para sufrir una horrenda muerte en la cruz? ¿Cómo el omnipotente y poderoso Dios puede estar pendiente de seres por naturaleza corruptibles al pecado? Procesar y experimentar que existe un Dios que siente un profundo amor por nosotros no es algo fácil.
Los filósofos griegos percibían a Dios como emocionalmente distante de los humanos. Hay dos grupos de estos que se mencionan en Hechos 17. Los Estoicos, un prominente grupo de pensadores, consideraban que el principal atributo de Dios era Apatheia: un dios que tenía la habilidad de no sentir nada. Su lógica decía que si Dios sentía algo, entonces podía ser influenciado o hasta controlado por lo que podía sentir. Por su parte, los Epicúreos creían que los dioses vivían en una especie de “limbo santo”, y que estaban totalmente desconectados de los problemas humanos.
En ese momento la tradición judía hacía un énfasis marcado en la trascendencia y santidad de Dios, en el sentido de que Él estaba totalmente separado del pecado. Por tanto, llegaban al extremo de pensar que Dios era incapaz de compartir la experiencia humana. Fue entonces cuando vino Jesús y trajo consigo algo que cambio para siempre la forma en que percibimos a Dios. Puedes imaginar a un Dios que dejó su condición y se dispuso Él mismo el poder sentir emociones, dolor y debilidad humana. “Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza…”, Hebreos 4.15.
La trascendencia del afecto y amor de Dios, mostrados a través de su hijo Jesús, cambió dramática y radicalmente la mentalidad religiosa hacia Dios, dándonos a nosotros la gracia, la misericoridia y sobre todo la certidumbre de un Dios cercano, que tanto necesitamos. ¿Qué tipo de relación tenemos con Dios? Hoy más que nunca Dios desea que nuestros corazones estén confiados y seguros en Él. Tenemos un Dios que entiende nuestra naturaleza humana, no uno que la condena; un Dios que sabe de nuestra debilidad, más nos ama y no nos acusa. Dios no está emocionalmente distante y separado de nosotros, sino que siente y tiene presente nuestra naturaleza.
Ese es el tipo de Dios en que podemos confiar, así que no importando la condición en que nos encontremos, nuestro arrepentimiento constante a Él nos abre la puerta a su amor. Solo Dios tiene la capacidad de entendernos. Es todo un misterio cómo un Dios santo puede sentir y comprender íntegramente nuestros corazones y a la misma vez seguir conservando su santidad. Ese es el Dios que amamos.
Que nuestros corazones sean afectados por el deseo del eterno Dios de tener una relación con nosotros. Que nuestra búsqueda sea el resultado de ese amor. Busquemos transformar nuestro entendimiento para reconocer que tenemos en nuestras manos el regalo más maravilloso que jamás podamos tener. ¿Deseas tener una relación con Él? Por medio del sacrificio de su Hijo Jesucristo, Él desea tener una relación contigo.

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César Custodio promueve y trabaja en proyectos de “misiones urbanas” en Chicago y moviliza al pueblo hispano para ser parte del movimiento “misionero mundial”. Participa en varios proyectos de redes sociales llevando la Palabra de Dios a miles por esté medio. Vive con su esposa y cuatro pequeños hijos en la ciudad de Chicago. Puedes contactarlo por correo electrónico.

Tomado de una publicacion de LA BIBLIA . Pagina de Facebook

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