miércoles, 2 de julio de 2014

La carta a los no judíos

«Nosotros los apóstoles y los ancianos hermanos de ustedes saludamos a nuestros hermanos que no son judíos y que viven en Antioquía, Siria y Cilicia. 24 Hemos sabido que algunas personas han ido de aquí sin nuestra autorización, y que los han molestado a ustedes con sus palabras, y los han confundido. 25 Por eso, de común acuerdo, nos ha parecido bien nombrar a algunos de entre nosotros para que vayan a verlos a ustedes junto con nuestros muy queridos hermanos Bernabé y Pablo, 26 quienes han puesto sus vidas en peligro por la causa de nuestro Señor Jesucristo. 27 Así que les enviamos a Judas y a Silas: ellos hablarán personalmente con ustedes para explicarles todo esto. 28 Pues ha parecido bien al Espíritu Santo y a nosotros no imponer sobre ustedes ninguna carga aparte de estas cosas necesarias: 29 que no coman carne de animales ofrecidos en sacrificio a los ídolos, que no coman sangre ni carne de animales estrangulados y que eviten los matrimonios prohibidos. Si se guardan de estas cosas, actuarán correctamente. Saludos.»

Hechos 15.
DHH

 
Jesús abre la puerta  al pueblo que no es Judio, los escogidos por Dios. Y aún después de mucho tiempo su propio pueblo no le reconoce.
Durante muchos años los pueblos creyentes se basaron en el legado de Moisés. El antiguo testamento contiene una revelación del Dios viviente directa, Dios habló a los hombres, escogió unos pocos para libertar a muchos y aún así, su pueblo tuvo una tendencia a fallarle.
Cuando Moisés oraba y ayunaba mientras Dios mismo le daba las tablas de la ley, el pueblo construia un ídolo. 
En realidad, Dios ha sido paciente, ha esperado por la respuesta de su pueblo y su mismo pueblo le ha fallado, más Dios le sigue amando.
Jehová le dió a su pueblo una serie de mandamientos para que la vida sea abundante en todo, en realidad la bendición de abundancia en todas las cosas, se dió, pero para recibirla se debe seguir una serie de pasos descritos en la ley. 
La sanidad, la larga vida y la felicidad ya fueron dadas por Dios mediante un instructivo que luego de nuestra mal habituada vida en el mundo nos resultará tedioso de cumplir.
Muchos judios hasta este tiempo siguen cumpliendo esta ley.

Pero quienes no hemos sido judios tambien tenemos la oportunidad de conocer a Dios, de escucharle y tambien de recibir la salvación.
Obviamente nuestro camino es especial. No porque Dios nos tenga algo diferente, sino porque nuestra vida pecaminosa requiere de su misericordia.

Conocemos los 10 mandamientos y también los mandamientos que ha dejado nuestro señor Jesús (Mateo 22: 34-38)

Ama a Dios y ama a tu prójimo, con esto podemos alcanzar la salvación, porque quien ama a Dios ama lo que ha mandado y quien ama a su prójimo no hará mal. 

Comer carne ofrecida a los ídolos, es comer lo que Dios ha aborrecido, es comer lo impuro que no contamina nuestro cuerpo, sino nuestro espiritu, contamina nuestra comunión con Dios Padre. 

Comer carne de animales con su sangre, porque al ser estrangulados, no han sido desangrados y por tanto contiene su "vida" aun en él. Comer la sangre de un animal no es algo grato a los ojos de Dios, pues él mismo lo prohibió y podemos encontrar muchas razones, entre ellas una referente a la salud, si pensamos en nuestro cuerpo, porque la sangre contiene muchas enfermedades, no solo la de los animales, sino tambien la de los hombres, pero tambien encontramos una razón espiritual y es que nosotros recibimos la sangre de Cristo, la que fue derramada en la cruz y la que nos ha dado, no solo el perdón de los pecados mediante el arrepentimiento, sino también la vida eterna (Juan 6:56).

Ahora, una vez mas de las tantas expuestas en los textos de la biblia, nos habla sobre las inmoralidades sexuales, sobre las uniones prohibidas. 
¿Cuales son las uniones prohibidas? 

 Sabemos que no debemos aprobar la homosexualidad, Dios diseñó nuestro cuerpo para que funcione de una manera y nuestra perversión ha llevado a desviar los caminos dados por Dios.

Tampoco se acepta la poligamia, el adulterio y la fornicación.
La fornicación se menciona frecuentemente en la palabra y curiosamente hace referencia a las relaciones sexuales entre personas solteras, practicamente, ya que si uno de los dos fuera casado se hablaría de adulterio.

Así que la invitación de hoy es volvernos a Dios, dejar a un lado las tres actitudes que nos alejan de los caminos espirituales.

1. Amar a Dios sobre todo, aún sobre nosotros mismos. Por eso no recibimos nada que haya sido ofrecido a los ídolos.

2. Solo recibimos la sangre de nuestro seños Jesucristo y su carne. Que sabemos está en seguir su camino, escuchar su palabra y mantenernos en él y asi él en nosotros.

3. Nuestro amor debe ser perfecto y vencer las pasiones pasajeras, por eso debemos dejar la fornicación, que es un amor por los placeres y no por otra persona, pues quien ama al otro no le desea carnalmente sino que desea su bien, su salvación y un amor eterno en Dios a través de Cristo Jesús.

No somos Judios, pero podemos agradar a Dios con nuestra fe, que se demuestra tambien con nuestro cotidiano actuar.

La paz de Dios descienda sobre cada persona que lee estas palabras.

Oremos para poder seguir los caminos de Dios, el camino del bien y de la salvación. Preparemonos y seamos felices.

Amén.

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