jueves, 3 de diciembre de 2015

¡UNA VIDA NUEVA! - El Matrimonio



El casamiento es una nueva vida. ¿Estas de acuerdo? ¡Espero que sí! Porque esa
es la realidad. El casamiento es una nueva vida. El hombre y la mujer, jóvenes o
ya adultos. Ambos dejan atrás una etapa de su existencia, y ahora, al casarse,
entran a otra etapa totalmente nueva. Es un nuevo comienzo, es una experiencia
nueva. Yo quiero que entendamos bien que cuando un hombre o una mujer se
casan, según la Biblia, están comenzando una vida completamente nueva. En
Efesios capítulo 5:31 leemos: "Por esto dejara el hombre a su padre y a su madre
y se unirá a su mujer". Así lo dijo Dios en el libro de Génesis también. Creó al
hombre, luego creó a la mujer de inmediato. Los casó, por así decirlo, y dijo Dios:
"dejará el hombre a su padre y madre y se unirá a su mujer”. Esto quiere decir que
no es cuestión de que el hombre diga: "Bueno, yo voy a dejar el cincuenta por
ciento de ciertas cosas que a mi esposa no le agradan". Ni tampoco que la esposa
diga: "y yo voy a dejar un cincuenta por ciento de lo que a mi esposo no le agrada
y vamos a entrar en una serie de compromisos y acomodos. Vamos a hacer un
arreglo entre ambos". ¡No! El hombre y la mujer deben considerar el matrimonio
en estos términos: "Yo muero a mis propios deseos y ambiciones. Voy a vivir para
una nueva creación, una nueva vida, seré una nueva persona". Porque la Biblia
enseña y los que somos honestos lo entendemos también que el hombre y la mujer
son una nueva y sola cosa desde el momento en que se casan.
Y esto no es solamente un ideal o una ilusión, lo es así. El casamiento es como la
conversión. Tomemos a un hombre pagano que vive sin Dios, aunque se diga
cristiano. Vive sin interesarle las cosas de Dios; atiende sus negocios y vive su
vida más o menos normalmente. De repente, un día oye el mensaje de la Biblia y
se convierte a Jesucristo. No a una religión, sino a Jesucristo, a Dios. Entonces
comienza una nueva vida. En un sentido es el mismo hombre de siempre, pero en
otro sentido es un hombre completamente nuevo. Porque antes de convertirse a
Dios era un hombre que vagaba por la vida más o menos, mal o bien, pero sólo.
"sin Dios, sin Cristo, sin esperanza" (Efesios 2: 12). De repente se convierte,
Cristo entra en su vida, Dios se apodera de él; y ese hombre a quien sus amigos
conocían tan bien anteriormente, ya casi no lo reconocen. si lo conocen, pero en
un sentido no lo conocen ya más, porque hay una gran diferencia en él. Este
hombre tiene a Dios en su alma.

CON QUIEN ME CASARE -Luis Palau - Pag 27 del PDF.

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