martes, 15 de diciembre de 2015

Reconociendo a nuestro Dios

Cuenta la palabra que un día los filisteos tenían atemorizados a los Israelitas, traían entre su ejercito a un enorme soldado de como 3 mts. que cargaba una pesada armadura de bronce que difícilmente cargaría un humano normal, la sola punta de su lanza pesaba como 6 kilos. No hubo hombre entre el ejercito de Israel que se atreviera a enfrentarlo. 
Saúl nunca comprendió al Dios que lo levantó como Rey, cosa que no era difícil, porque tenemos un Dios que hace lo imposible. posible. Quizá porque había olvidado lo que hizo Dios por el pueblo de Israel en tiempos anteriores, con brazo fuerte los sacó de Egipto, dividió las aguas y les entregó la tierra prometida. 
Quizá llega un tiempo en la vida para los que somos hijos de Dios en que, aunque hemos visto su mano gloriosa, nos olvidamos de Quién es Nuestro Dios. Saúl lo estaba olvidando para este tiempo y tenía una gran amenaza frente a su ejercito, algo que nunca se había imaginado, algo fuera de lo común. 
El Libro de Samuel en el capitulo 17, nos muestra esta historia en una hermosa narración.
Pero hubo uno, que era Pastor de ovejas y sirviente de su padre y de sus hermanos. Joven y tenido por poco. Pero este joven si sabe quien es su Dios, un joven humilde, valiente y obediente, viene con su tremenda FE en el Señor diciendo, "–Nadie debe desanimarse por culpa de ese filisteo, porque yo, un servidor de Su Majestad, iré a pelear contra él."
Obvio, los que ven las cosas como las ven los hombres, entre ellos el mismo Saúl, le dice que eso no podrá ser, y encuentra un par de excusas para convencer al Joven David de que el Gigante lo derrotaría. Pero David responde: " El Señor, que me ha librado de las garras del león y del oso, también me librará de las manos de ese filisteo". Aquel joven, que había defendido a sus ovejas de las garras del león y del hocico del oso sabía que ese gigante no era nada en comparación al Dios viviente en quien su fe estaba puesta. Venció al filisteo, sin armadura física, sin espada y sin escudo de bronce, lo venció con la FE puesta en Dios y así se mantuvo a lo largo de vida, dice la palabra que "El Señor lo ayudaba", y "en todo prosperaba", eso quiere decir que aunque quisieron ponerle trampas, aunque buscaron los medios para hacerle caer, Dios no lo permitió, mas le dio éxito  en sus batallas.

Hoy te digo que no dejes de poner tu fe en Dios, no te preocupes por lo que tienes en frente, el Dios de los ejércitos es más poderoso que cualquier gigante, que cualquier ejercito, que cualquier enemigo, que cualquier engaño y si tu te mantienes RECONOCIENDO QUIEN ES TU DIOS, QUIEN ES NUESTRO DIOS, aceptando que su mano está sobre ti en cada momento, porque grandes cosas ha hecho el Señor en nuestras vidas, te aseguro que no te dejará avergonzado y te dará victoria para su gloria.



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