domingo, 22 de febrero de 2015

No se puede servir a dos... escoge hoy.

Durante su tiempo en la vida terrenal, Jesús nos mostró el verdadero servicio, la verdadera voluntad de Dios y el verdadero camino, además, sin necesidad de decirlo, nos mostró también el cómo debemos vivir en esta tierra.



Recordemos que fue Dios quien nos formó para su propia gloria (Isaias 43:7), entonces como es que aún seguimos pensando que, en nuestro libre albedrío, podemos ignorar y pasar por alto el engaño del vivir por un dios muerto mientras seguimos esperando en el Dios vivo. 


Debemos vivir y morir por el Dios vivo que nos ha sido revelado en Cristo Jesús.



Sigue llenandome de tristeza ver a los hermanos cristianos, predicadores, evangelicos, catolicos y todo tipo de creyentes en el gran YO SOY, preocupados unicamente por obtener los bienes del mundo (dinero), seguimos pensando que la muerte de Cristo en la cruz nos liberó de la carencia y por eso debemos "buscar" el vivir comodamente. 



No estoy en contra de aquellos a quienes Dios ha bendecido, sino en contra de aquellos que dejan a Dios en un segundo plano por buscar los placeres del mundo. 

Entonces: (Mateo 19) 16 Un joven fue a ver a Jesús, y le preguntó:

—Maestro, ¿qué cosa buena debo hacer para tener vida eterna?
17 Jesús le contestó:
—¿Por qué me preguntas acerca de lo que es bueno? Bueno solamente hay uno. Pero si quieres entrar en la vida, obedece los mandamientos.
18 —¿Cuáles? —preguntó el joven.
Y Jesús le dijo:
—“No mates, no cometas adulterio, no robes, no digas mentiras en perjuicio de nadie, 19 honra a tu padre y a tu madre, y ama a tu prójimo como a ti mismo.”
20 —Todo eso ya lo he cumplido —dijo el joven—. ¿Qué más me falta?
21 Jesús le contestó:
—Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dáselo a los pobres. Así tendrás riqueza en el cielo. Luego ven y sígueme.
22 Cuando el joven oyó esto, se fue triste, porque era muy rico.
23 Jesús dijo entonces a sus discípulos:
—Les aseguro que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos. 24 Les repito que es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja, que para un rico entrar en el reino de Dios.

No quiere decir que sea malo ser rico, pero si es malo cuando amas más tu riqueza que a Dios. 
Sin embargo, podemos ver cómo si es posible gracias a Dios que un rico sea salvo.

(Lucas 19) Zaqueo se levantó entonces y le dijo al Señor:
—Mira, Señor, voy a dar a los pobres la mitad de todo lo que tengo; y si le he robado algo a alguien, le devolveré cuatro veces más.
Jesús le dijo:
—Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque este hombre también es descendiente de Abraham. 10 Pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que se había perdido.

Hoy, mediante este par de ejemplos los invito, a ti y a tu familia, a volverte a Dios con todo el corazón. No importa cuan difícil sea tu situación - la mía no es fácil- sigamos confiando y buscando a Dios primero - recordemos: (Mateo 6:33) Buscad primeramente el reino de Dios  y todo lo demás será añadido.
Busquemos a Dios, cada mañana, cada noche, en cada mirada, en cada palabra. No hay nada que hagamos para que nos ame menos o nos ame más, porque Dios ama a todos, absolutamente a todos en igual medida, pero es nuestra decisión llegar a él. Solo existe un camino para nosotros y es Jesús, y para seguir ese camino pues ya se nos ha dicho: Sin mentiras, sin adulterio, sin robo y amando a los demás.
Si quieres algo grande, busca a Dios, pues todo lo que hacemos por él, tendrá recompensa en él. Por eso los discípulos tuvieron su vida y esta no fue fácil, muy seguramente recibieron su parte en el reino de los cielos.  

Queridos hermanos, hoy oremos por esto, porque hemos decidido servir a Dios, escogemos servirle a Dios, escogemos amar a Dios.

COLOSENSES 3

La vida antigua y la nueva

Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría;
cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia,
en las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas.
Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca.
No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos,
10 y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno,
11 donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos.
12 Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia;
13 soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.
14 Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto.
15 Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos.
16 La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales.
17 Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.

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