Seis cosas aborrece Jehová, Y aun siete abomina su alma: Los ojos 
altivos, la lengua mentirosa, Las manos derramadoras de sangre inocente,
 El corazón que maquina pensamientos inicuos, Los pies presurosos para 
correr al mal, El testigo falso que habla mentiras, Y el que siembra 
discordia entre hermanos. Proverbios 6:16-19
Primero: Los ojos altivos
Se refiere a quienes se mueven en un espíritu enaltecido, mirando a los 
demás con desprecio y se creen superiores a los demás, es algo con lo 
que hay que tener mucho cuidado porque para Dios todo somos iguales, El 
no hace excepción de personas.
También la palabra nos muestra que antes de la caída viene la altivez
 de espíritu, este texto se refiere a gente que creen que ellos mismos 
son y que no necesitan de nada, ni de nadie y es cuando viene la caída. 
La altivez de espíritu es lo que precede a la caída.
Segundo: La lengua mentirosa
Aquí habla del mentiroso, del que dice lo falso. La palabra de Dios nos 
dice que el diablo es el padre de mentira y que de la abundancia del 
corazón habla la boca, y si alguien es de lengua mentirosa es porque su 
corazón está lleno de mentira y falsedad y en su corazón hay tinieblas.
La palabra habla de que “nuestro si sea si y nuestro no sea no, 
porque lo que es más de esto, del mal procede“ y eso habla de esas 
personas que con sus medias verdades y sus palabras engañosas tratan de 
manipular a los demás.
No existen mentiras blancas ni piadosas, mentira es mentira y sólo 
hay una verdad. La gente tiene que ser de una sola cara y no caminar en 
falsedad, en engaños y mentiras de ningún tipo.
Tercero: Las manos que derraman sangre inocente
Aquí la palabra no sólo se refiere a una agresión violenta sobre otra 
persona sino también habla de la injusticia, y la injusticia viene del 
diablo y de las tinieblas. Existen espíritus que operan sobre la 
injusticia y Dios ve las injusticias en el hombre y aborrece ese tipo de
 cosas.
La palabra nos llama a juzgar de la manera correcta, sabia e íntegra.
 Esto también implica el perdón. Jesús fue a la cruz para que nosotros 
fuéramos perdonados, y ¿Por qué razón no podemos nosotros perdonar a los
 demás? y no sólo se refiere al hecho de perdonar o no, sino a juzgar, 
maltratar, dañar o castigar a alguien de manera injusta.
Nuestro Señor Jesucristo fue juzgado injustamente, y llevado a muerte
 y muerte de cruz de la manera más injusta, y muchos testificaron en su 
contra falsamente, y eso es ser parte de una injusticia y de derramar 
sangre inocente. Esto también incluye la corrupción y todo lo que tiene 
que ver con el pecado y la maldad del hombre.
Cuarto: El corazón que maquina pensamientos inicuos
El corazón de una persona no puede estar maquinando lo malo, la
 maldad y las cosas contrarias a la bondad de Dios ¿En que estas 
pensando?, Qué estas lucubrando? ¿En qué dedicas tu tiempo al momento de
 pensar? ¿Qué cosas planeas?. La palabra dice:”En esto pensad: en todo 
lo puro, lo bueno y agradable a Dios”…
Nuestro pensamiento tiene que ser analizado siempre. No puedes evitar
 que los pensamientos vengan a tu cabeza así como no puedes evitar que 
las aves vuelen sobre ella; pero sí puedes evitar que hagan un nido 
sobre tu cabeza. De igual forma puedes evitar que esos pensamientos que 
llegan a tu mente se aniden en tu corazón. Tú tienes decisión sobre 
ellos, puedes hablarles y reprenderles en el nombre de Jesús, 
llevándolos cautivos a la obediencia en Cristo Jesús.
En una ocasión Jesús hablaba de ir a la cruz, a lo que Pedro 
respondió, “que tal cosa no te acontezca”, Jesús le reprendió 
diciéndole:“apártate de mi Satanás”. Son muchas las personas que mal 
interpretan este texto.
Entendemos que Pedro quería lo bueno para Jesús, pero lo que sucedía 
era, que Pedro no estaba mirando la cosas de arriba, sino más bien 
estaba maquinando a beneficio propio del hombre, desenfocado del 
propósito Divino que se habría de cumplir a través de su sacrificio.
Hay pensamientos que vienen a ti que si tú no los desechas, por el 
contrario, los tomas y los absorbes, esto comienza a generar en tu vida 
una altivez de espíritu, y posteriormente a engañar y maquinar en contra
 de los demás. ¿Se pueden controlar los pensamientos? Claro que se 
puede, porque la palabra nos manda a pensar en todo lo bueno y todo lo 
recto, eso quiere de decir que tenemos autoridad sobre los pensamientos 
que vienen a nuestras vidas.
Quinto: Los pies presurosos para correr al mal
Esto se refiere a esa clase de gente que no tienen temor, ni se
 detienen a pensar para hacer el mal, simplemente lo hace de manera muy 
ligera en su vida, se mezclan con lo malo, en las malas conversaciones, y
 finalmente se dejan envolver del mal.
La palabra nos dice “que es mejor que perdamos un miembro de nuestro 
cuerpo, a que nos perdamos por completo”, y esto se refiere a que, 
aunque tengamos que cortar con cosas que son parte de nuestra vida, como
 un trabajo, amistades, familia, entre otras cosas, si nos son ocasión 
de caer, es mejor que cortemos con eso para que no se pierda todo 
nuestro cuerpo o se pierda la vida eterna.
Es necesario tener el carácter para decidir sobre nuestras acciones y
 aunque venga la tentación, el pecado y los deseos engañosos, 
fortalecidos en Dios podemos decirle no y resistirnos, porque así como 
viene la tentación, el Señor también te da la salida de ella.
Sexto: El testigo falso
En el momento que nuestro Señor Jesucristo fue enjuiciado, le buscaron 
falsos testigos y en otras ocasiones cuando juzgaban a Pedro también 
hubo falsos testigos. La gente comienza a emitir juicio acerca de otros 
de manera falsa, sin saber ni tener la seguridad de lo que dice, 
entonces se da a la tarea de murmurar al otro y a sembrar cizaña en 
lugar de unidad para manipular las situaciones a su antojo.
El testigo falso es un colateral hacia unos cuantos o hacia uno en 
particular, pero está enganchado a un propósito maligno de dañar a 
alguien para beneficiarse de ello y no le importan las almas, que es lo 
que Dios ama. Son personas que se venden y no son fieles a nadie ni a 
nada, solo a sus propios beneficios y conveniencia.
Cuando la palabra habla de que 6 cosas aborrece Dios y una séptima le
 es abominable, hay una séptima que Dios la toma muy en cuenta y está 
muy pendiente de ello. Esa séptima es algo que quizá parezca muy 
sencillo, algo que quizá no se vea tan grande, pero el Señor está 
pendiente de ello.
Séptimo: El que siembra discordia entre los hermanos
Esto trata sobre los que andan en un lleva y trae entre los hermanos, no
 solo de la iglesia, sino también entre los de sangre y la palabra dice 
que “los chismes separan hasta los mejores amigos”. Hay gente que vive 
de sembrar cizaña entre las demás personas y caminan en ese veneno y su 
función es traer daño y división y mutilan así el cuerpo de Cristo, la 
novia del cordero.
Lo que debemos procurar es la unidad en el Espíritu, y el vínculo 
perfecto de la paz es el amor. Porque más vale reprensión manifiesta que
 amor oculto, eso es lo correcto. Que no seas una persona de lengua 
mentirosa, que no seas un falso testigo, que no maquines pensamientos 
inicuos, que no seas de manos que derramen sangre inocente, ni de ojos 
altivos, debes tener el carácter de sentar a tu hermano y hablar!.
¿Qué estás hablando? ¿lo bueno o lo malo? ¿la bendición o la maldición? 
¿la unidad o la división? Revisa qué estás hablando, porque para Dios 
eso es abominable.
Moisés fue elegido por Dios, y él tenía muchas debilidades y cosas en
 las cuales era una persona vulnerable, no era perfecto, pero Moisés era
 responsable de ese pueblo que Dios le entregó. Moisés cometió el error 
de que se casó con una mujer que no era del pueblo de Israel y él sabía 
que tenía que rendirle cuentas a Dios por ello, pero más allá de eso 
vinieron las críticas y las murmuraciones, y hasta sus propios hermanos 
de sangre María y Aarón le murmuraron. A María le cayó lepra, pero aún 
ellos habiendo hecho eso, Dios no permitió que sobre Aarón cayera lepra 
ni juicio, porque el mismo Dios respetó la unción que había en él. Por 
esta razón, hay que tener mucho cuidado de lo que sale de nuestra boca, 
porque eso acarrea juicio y maldición a la vida de quien incurre en 
estas cosas.
AQUILES AZAR