martes, 29 de diciembre de 2015

SER QUIENES SOMOS...

13. ¡ARRÁNCATE LA MÁSCARA!





En cierta ocasión me vino a ver un caballero con un profundo problema en su
hogar. Era un hombre que tenia varios años de casado y tenia ya algunos hijos.
Sin embargo, este caballero se encontraba en un profundo conflicto con su
esposa. Prácticamente estaba sollozando cuando se presentó para conversar.
Este señor, culto, de buena posición, comerciante, me dijo: "No puedo seguir más
con mi esposa". Le hice una serie de preguntas para investigar cuál era su
problema, posición y sentimientos. Al fin puso el dedo en su llaga cuando me dijo:
"La mujer con la cual vivo ahora no es la joven con la cual yo me casé". Yo le
pregunté: ¿Qué quiere decir?" El dijo: "No, no me entienda mal. Es la misma
señora, la misma mujer, pero una cosa era ella cuando éramos novios y otra cosa
muy distinta es ahora que estamos casados. ¡Si yo hubiera sabido lo que se
ahora, ahora que la conozco de veras, jamás me hubiera casado con ella!" Este
hombre no está solo en su dilema. No esta solo en su problema. Hay millones en
la misma situación. Y quizás haya más mujeres que hombres. Muchas mujeres, al
venir a consultarnos por algún problema matrimonial, expresan: "Mi esposo
cambió de la noche a la mañana". Incluso hay casos en que el mismo día del
matrimonio el hombre que había sido un novio romántico y considerado, delicado y
cortés, se transforma en un ser completamente distinto, violento, autoritario,
demandante. La flamante esposa queda destrozada, asustada; sus sueños
quedan hechos añicos en ese mismo momento. Uno de los problemas más
grandes de la humanidad es que pretendemos ser lo que no somos. Vivimos, no
como somos, sino con una máscara que hemos creado de lo que nosotros
creemos que debiéramos ser. Los novios, antes de que llegaran a ser esposos,
deben arrancarse las máscaras y las .apariencias. Deben empezar desde el
primer día en que se conocen. Debemos exponer nuestra alma honestamente.
Debemos ser sinceros. Debemos desechar las poses falsas, quitar toda fachada,
toda apariencia. No debemos encubrir lo que somos pretendiendo ser lo que no
somos. En una palabra, debemos ser sinceros, honestos, abiertos. Debemos
mostrar lo que somos. Por cierto que lo haremos con prudencia. Pero es una
injusticia y una mentira horrorosa pretender ante la novia o el novio ser lo que no
somos. ¡Basta de mentir descaradamente! El decir que somos hijos de ricos
cuando no lo somos, o que tenemos estudios universitarios cuando no los
tenemos, no tiene otro calificativo que el de descarado engaño que mucho costará
remediar.

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