Es
imposible tener cualquier relación mientras lo único que se busque sea
la satisfacción personal. No puede haber una familia correcta cuando la
prioridad de cada individuo es la satisfacción personal, antes que el
sacrificio.
Los
padres se sacrifican por sus hijos; los esposos, las esposas, los hijos
tienen que sacrificar algo. No todo puede ser para los hijos, cuando
son pequeños se les da todas las atenciones necesarias, pero durante su
crecimiento se les debe enseñar que los padres necesitan su espacio.
Mientras más temprano lo entiendan, mejor. A los hijos hay que
enseñarles a hacer las cosas por sí solos, a luchar, a trabajar; así
crecerán siendo hombres y mujeres de provecho para la sociedad.
Enséñales a hacer sacrificios, a ganarse su propio dinero, a diezmar, a
ofrendar, a regalar y que no todo es para ellos y por ellos.
De
igual manera, en relaciones de pareja. No eres digno de estar en una
relación si no estás dispuesto a hacer sacrificios. No hay tal cosa
como: Hoy me sacrifico por ti y mañana tú lo haces por mí, porque
entonces sería una negociación. Un sacrificio es saber lo que tengo que
hacer, en el momento que me toca, sin esperar que algún día me
compensen. Sacrificarse es hacer algo, simplemente, porque es lo que
tienes que hacer.
Por
eso es que hay gente infeliz, porque el verdadero amor sabe que la
felicidad no está en que te hagan feliz, sino en tú hacer feliz a la
otra persona. El ejemplo perfecto del verdadero amor es Cristo; nadie
puede amar como él lo hace. Cristo fue el único que estuvo dispuesto a
dar su vida por ti. Él le dice al hombre que ame a su esposa, como él
ama a la iglesia, tanto que estuvo dispuesto a morir por ella.
Si
analizas, no hay manera de que una pareja se entienda mutuamente, y
debes entender que Cristo, sin entendernos, se sacrificó por nosotros.
Él pudo experimentar ese amor por que se dio por completo. En ninguna
relación debes irte lleno a la tumba, deberías irte con una sonrisa y
decir: Lo di todo, hice todo lo que pude hacer, lo intenté todo, me
esforcé más allá de mis fuerzas. Solo ahí puedes decir verdaderamente:
Áme, no porque me amaron, sino porque amé con todo.
Mensaje transmitido por Televisión y Radio el Martes, 11 de Febrero de 2014
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