El eterno amor del Señor por Israel
1Así ha dicho el Señor:
«¡Regocíjate,
mujer estéril, tú que no dabas a luz! ¡Eleva tu canto y da voces de
júbilo, tú que nunca estuviste de parto! ¡Más hijos tendrá la
desamparada que la casada!Gl 4.27.
2¡Extiende
el sitio de tu tienda! ¡Alarga las cortinas de tus aposentos! ¡No te
midas! ¡Extiende las cuerdas y refuerza las estacas!
3Porque vas a extenderte a la derecha y a la izquierda, y tu descendencia heredará naciones y habitará las ciudades asoladas.
4»No
tengas miedo, que no serás confundida; no te avergüences, que no serás
afrentada. Al contrario, te olvidarás de la vergüenza de tu juventud, y
no volverás a acordarte de la afrenta de tu viudez.
5Tu
marido es tu Creador, y su nombre es el Señor de los ejércitos; tu
Redentor es el Santo de Israel, y su nombre es el Dios de toda la
tierra.
6Yo,
el Señor, te lo he dicho: Te llamé cuando eras una mujer abandonada y
de espíritu decaído; cuando eras como una joven esposa que ha sido
repudiada.
7Es verdad: te abandoné por un poco de tiempo, pero volveré a recogerte con grandes misericordias.
8Estaba
yo un poco enojado cuando por algún tiempo no quise ni verte; pero
volveré a tenerte compasión y misericordia eterna. Lo digo yo, que soy
tu Señor y Redentor.
9»Esto será para mí semejante a los días de Noé, cuando juré que nunca más las aguas del diluvio volverían a cubrir la tierra.Gn 9.8-17. Ya he jurado que no volveré a enojarme contra ti, ni te reñiré.
10Podrán
moverse los montes, podrán temblar las colinas, pero mi misericordia
jamás se apartará de ti, ni se romperá mi pacto de paz contigo. Lo digo
yo, el Señor, quien tiene de ti misericordia.
11»¡Pobrecita!
La tempestad te ha azotado, y nadie te ha brindado consuelo. Pero voy a
ponerte por cimientos piedras de carbunclo y de zafiro.
12Tus
ventanas las haré de piedras preciosas, tus puertas serán de piedra de
carbunclo, y toda tu muralla será de piedras preciosas.Ap 21.18-21.
13Yo, el Señor, enseñaré a todos tus hijos,Jn 6.45. y su paz se verá multiplicada.
14Tu
adorno será la justicia. Y no tendrás nada que temer porque la opresión
se alejará de ti, y nunca más se te volverá a acercar.
15Si alguno conspira contra ti, no será con mi ayuda; el que contra ti conspire, caerá muerto ante tus propios ojos.
16Yo
he creado al herrero, al que atiza las ascuas en el fuego y saca luego
la herramienta para hacer su obra; y yo he creado también al destructor,
para que destruya.
17No
saldrá victoriosa ninguna arma que se forje contra ti. Y tú condenarás a
toda lengua que en el juicio se levante contra ti. Ésta es la herencia
de los siervos del Señor. Su salvación viene de mí. Yo, el Señor, lo he
dicho.
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