Yo creo que esto se debe fundamentalmente a dos cosas
1: No buscamos a Dios como debemos hacerlo, directamente y sin intermediarios, pues solo hay uno entre Dios y los hombres, y ese es JESÚS.
2: No leemos la biblia lo suficiente, ni nos preocupamos por tener el entendimiendo de la misma a través del Espiritu Santo.
Y esto nos ha llevado irremediablemente a confiar en los hombres, a creer que otro hombre nos puede guiar a Dios, o a Jesús, o al Espiritu Santo. Y entonces dejamos de agradar a Dios, aun con todos nuestros defectos, para agradar primeramente a hombres, creyendo que así agradaremos a Dios, creyendo que así llegaremos a Dios y creyendo que así nos hablará Dios.
Debíl en la verdad, por falta de comunión intima con el Espiritu Santo
Fuerte en entretenimiento, porque así calmamos nuestras emociones, agradando nuestra humanidad y la de otros.
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