Desde que salí de mi casa, hace ya tres meses, casi no he tenido tiempo para publicar sobre la aventura del vivir siendo un creyente cristiano en medio de este loco mundo.
Sin embargo hoy, mientras caminaba con unos compañeros, me preguntaron si yo creo en el AMOR y si así era, entonces lo demostrara con un hecho científico.
De por si, la pregunta resulta un tanto fuera del contexto, pero me ha dejado pensando.
La biblia da la respuesta de lo que debe ser el AMOR y lo encontramos en Corintios 13, aquellos versos tan conocidos.
4 El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece;
5 no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor;
6 no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad.
7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
8 El amor nunca deja de ser
Y eso es como definimos al AMOR, que dentro de lo que nos hace humanos es muy difícil de manejar o aceptar o hacer.
Ser creyente y seguidor de JESÚS es muy difícil en medio del mundo, pero hoy reconozco que es mas difícil tratar de serlo dentro de la iglesia. Hay un camino delicado dentro de las libertades que como seres humanos tenemos, y también es delicado el camino que decidimos seguir como cristianos, especialmente cuando debemos rendir cuentas a nuestros lideres espirituales, porque obviamente ellos cuidan de nuestras almas, son una especie de seres humanos escogidos por Dios para que le ayuden a cuidar de nuestras almas. Y es aceptable y correcto. Yo amo a mis pastores, a mis lideres y aun a aquellos que no lo han sido.
Muchas noches elevé una oración al cielo, encomendando a Dios por mi área sentimental. Creía que con este pasar del tiempo debía sentirme acompañado (no es bueno que el hombre esté solo). Obviamente, la mujer que yo pedía debe ser creyente, amar a Dios, asistir a una iglesia, ser de buen testimonio y que me ame, entre otras cosas como que trabaje y no sea perezosa. Así con el tiempo conocí a alguien y entre conversaciones se va descubriendo muchas cosas (amo hablar con la gente), orando y con dirección de Dios se van presentando también las circunstancias para ir dando pasos a algo mas sólido. Cumplía los requisitos y poco a poco fue invadiendo mi corazón. pasaron muchas cosas, hasta que nos conocimos... Ahí es cuando uno comienza realmente a probar ese AMOR.
Gracias a la crianza que he tenido en mi casa, he sido un buen anfitrión, así que cuando ella vino a mi casa, tratamos de atenderla de la mejor y más cómoda manera, reconozco que dentro de ese tiempo, nunca hicimos nada indebido, pero si nos tratamos como unos novios. Cariños van y cariños vienen. Fue un tiempo realmente inolvidable. Pero surgió la pregunta, ¿Podemos tener una relación seria? y si así era, ¿Cómo debía ser?. Continuamos en esa relación a distancia con la esperanza de encontrarnos pronto nuevamente. Tomamos muchas opciones, hicimos planes, hablamos de cómo resolveríamos problemas y etc. Pero hubo un detalle particular y es que cada vez se iba posponiendo ese encuentro, por algún motivo, ella no quería que nos encontráramos. Yo supe que esa duda no era buena señal. Pero el amor todo lo soporta, todo lo espera.
Seguir leyendo ↓
Seguimos esperando y soportamos esa distancia. Pero como la fe sin obras es muerta, decidí actuar y ver si esto era o no real. Decidí arriesgadamente viajar porque el amor todo lo cree, yo creía que estaríamos juntos. Así pues, con mi familia encontramos la solución a la vivienda y alimentación, reuní un dinero, charlé con mis pastores y mis lideres, tuve su aprobación con la condición de que no dejara de congregarme ni abandonar el aprendizaje de las escuelas de la iglesia. Acepté todo a fin de resolver el gran misterio.
Dejé mi iglesia, dejé mi trabajo, dejé a mis amigos, dejé a mis hijos y a mi familia. porque el amor todo lo cree...
Pero hubo una interrupción... porque yo llegué con mi FE y mi decisión muy fuertes... pero Ella tuvo otra instrucción de parte de su iglesia...
Antes de mi viaje, se anuló la relación, solo podíamos ser amigos hasta que se aprobara nuestro compromiso por parte de su iglesia.
El amor todo lo soporta:
Fue un tiempo realmente complejo, porque debíamos tratarnos como amigos, y ese tratarnos como amigos reveló otras cosas, porque peleaba contra un sentimiento profundo y poderoso, yo no podía verla como a una amiga y ella no podía tratarme como a un amigo, sino que se cruzaba su responsabilidad y obediencia con lo que ella sentía por mi, tratándome de una fría manera y a veces ya ni teníamos temas de conversación. Pero seguimos... no hubo otra orden.
El amor todo lo sufre:
Durante un par de semanas quedé abandonado en medio de esta gran ciudad, con mi ilusión pendiendo de un hilo, con el corazón delicado como una burbuja, con la incertidumbre del no saber si era real o no...
Pasaron muchas cosas bonitas, pero a medida que pasaban los días todo se iba enfriando. Y eso también reveló muchas otras cosas. El interés y la oportunidad de estar juntos se iba perdiendo. Fue un tiempo dificil... alejarte de esa persona que crees que es la respuesta de Dios, aquella que te dijo en algún momento "Juntos podemos"...
Pero llegó el día en que nos levantamos y dijimos: vamos a ver que necesitamos para acabar con esto. Y es que el amor de verdad enceguece, porque hasta este tiempo no hubo una respuesta, no hubo esa correspondencia, ese apoyo total, no hubo un acuerdo... pero el amor todo lo espera...
Si me preguntan, el amor si es real, el amor si es de Dios, ese ha sido un gran amor, un bonito recuerdo, una hermosa e inolvidable historia. Pero...
Cómo fue que un amor tan bonito llegó a perderse?
Oramos juntos durante algunas semanas, hicimos devocional y pusimos la relación cada mañana en manos de Dios. Nuestro lema de pareja era "juntos podemos", pero la palabra fue probada...
Cuando ya veía mis expectativas sin ánimo alguno, cuando tanto peso comenzó a cargarse sobre nuestras espaldas, vimos pasar por el fuego la relación.
Durante algunas conversaciones y ya por el cruce entre la relación y el desarrollo de su vida (la vida de ella), hubo unos percances espirituales y de ser aquel que ella esperaba, pasé a ser su tropiezo. Y eso repercutió en que menos tiempo debíamos compartir. No fui del todo agradable para su familia, lo que representó un "seamos amigos un tiempo", una vez más.
Y accedí, por ese amor, accedí. Se que a ella le parecía tedioso cargar con una relación que quería pero que se estaba cruzando con su "propósito". Así fue como el desinterés recayó en nuestro hermoso idilio. Ya no nos veíamos, hablábamos poco, ya no hubo carga de datos en el celular, ya no hubo visitas y comenzaron a aparecer compromisos que nos quitaron nuestro tiempo.
Dios comenzó a obrar para separarnos?
No lo sé, pero creo que su voluntad es también que seamos felices.
Al final y ya para quitarnos de una buena vez por todas la incertidumbre del Si o NO... ella me llevó ante sus pastores. Se propuso un tiempo de consejería y acompañamiento para tener esa "aprobación" que había surgido un par de meses atrás.
En el transcurso de este tiempo, en que se desarrolla esta historia, yo tuve que resolver mi hospedaje y terminé en casa de una amiga (gracia de Dios) a quien quiero y estimo grandemente. Conseguí un trabajo poco convencional (vender planes de previsión exequial) y a parte, conocer la ciudad y resolver todas las necesidades del cada día.
Han pasado dos meses... no hubo noviazgo...
Me preguntaba que era aquello que le gustaba a ella de mi? Porque hasta este día nada de lo que yo propusiera había resultado ser de su agrado, ni mi forma de agarrar una sombrilla, ni mi forma de aplaudir, cosa que le resultaba molesta.
A mi no me gustaba que ella no tomara una desición sobre la relación, que me dijera Si o No vamos a continuar... me disgustaban muchas cosas de su forma de ser, de su falta de caracter y su capacidad de decisión.
... Su pastor nos dió unas instrucciones "un mes de consejería, oración personal, nada de acercarnos..." y vino la pregunta: Pero ¿Ustedes creen que sean el uno para el otro? - Yo dije SI, ella dijo - Es que queremos hacer las cosas bien delante de Dios -... sin mirarme...
Ese domingo fue la última vez que nos vimos...
El lunes, conversamos un poco vía whatsapp, no mucho...
Una semana antes propuse que escribiésemos en un papel algunas cosas y respondiéramos preguntas como: Qué es lo que quiero? Cómo debe ser mi pareja? Qué espero de esa persona? Qué quiero para mi matrimonio? Qué espero de una relación?... cosas de esas que nos ayudarían a clarificar y ponernos de acuerdo en algunos asuntos que parecían estar sueltos...
Y ese lunes... porque fue un lunes...
Pregunté si había respondido a dichas preguntas... y dijo: No, porque no quería hacerlo por hacerlo, quería tener un propósito...
Esa noche decidimos ponernos de acuerdo para terminar la relación. Oramos, hablamos un poco, nos disculpamos, y nos dijimos Adiós !.
La carga espiritual de sentirme un tropiezo para ella, de saber que yo era motivo de que ella se sintiera pecadora, de que se alejara de la iglesia y se estuviera convirtiendo en una rebelde, ya no tenía razón de ser. Y como nunca hubo aprobación, la vergüenza de sentir que hacíamos cosas a escondidas (como si pudiéramos escondernos de Dios) nos llevó a tratarnos como un par de extraños.
A veces el amor no tiene explicación, porque no podemos decidir de quien vamos a terminar enamorados ni la forma en que se van a dar las cosas. Pero no creo en las coincidencias y menos las de este tipo. Se que Dios tuvo mucho que ver, porque los momentos que compartimos juntos, sea comer algo o sea un tiempo en la iglesia, se sentía realmente algo hermoso dentro de nuestros corazones. Siempre hubo palabras de aliento, risas, sueños y esperanzas.
Ya no estamos juntos, inclusive quisimos abrir un blog juntos y contar las maravillosas historias de nuestros encuentros, obvio pensamos hasta en casarnos. Hoy la recuerdo con cariño y la bendigo. Yo personalmente siento que quizás no estaremos juntos, pero el amor no ha dejado de ser, solo no supimos manejarlo porque estuvimos al pendiente de lo que otros dijeran y dejamos la relación para ser aprobada por los hombres dejando de buscar la aprobación de Dios.
Fue la voluntad de Dios?
La voluntad de Dios era que estuviéramos juntos y esta renuncia la hacemos voluntariamente. Y es que si Dios nos regala una casa la rechazaríamos? le veríamos los defectos? la dejaríamos abandonada? Esperaríamos a que alguien venga a decirnos si está bien o no, recibir esa casa?. Dios siempre contesta nuestras oraciones, Dios conoce nuestros corazones y a pesar de lo que muchos predican, Dios no espera a que estemos preparados... o naceríamos sabiendo vivir, o estaríamos preparados para la muerte, No!... Dios nos prepara... y a veces nos prepara en el camino.
A veces Dios nos bendice y dejamos las bendiciones porque a todo queremos ponerle una lógica y razón de ser basados en nuestra humanidad.
Admiro que ella lo hizo por obediencia, y yo lo hice por fe.
El amor no deja de ser...
No hay comentarios:
Publicar un comentario