En Enero, durante el ayuno, Dios puso en mi corazón una serie de visiones, con el tiempo me ha ido explicando sobre las mismas. Hay dos profecias que se estan manifestando.
Sin embargo, algo me preocupaba y era la perdida de mi interés en la iglesia. Durante un par de semanas sentía fuertemente que estaba equivocado al congregarme en el lugar donde me congregaba, sentía que mi espiritu se incomodaba al punto en que me llene de dudas. Reconozco que no tuve la fe suficiente para saber que lo que vi se iba a cumplir de todos modos, pero he ahí que Dios es misericordioso para recordarme hoy que se cumplirá lo que aun falta por venir y me invita a llenarme de gozo.
Aprendido hoy que definitivamente no debemos poner nuestra confianza total en el ser humano, sea quien sea, porque una cosa es la honra y otra es confiar en el hombre.
Bendito sea Dios que en estos tiempos finales tenga misericordia de todos y cada uno, confiemos plenamente en Dios, que nunca falla, nunca nos decepciona y nos ama de verdad.
Porque Dios es nuestro único Pastor y Señor.
Así pues no les invito a cuestionar el pastorado establecido por Dios y la institucionalidad de la Iglesia, pero cuiden su corazón porque de él mana la vida.
A orar mucho por la Iglesia.
Dios les bendice.
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