(2017.4) 188:4.9 Este concepto de expiación y salvación a base de sacrificios está arraigado y anclado en el egoísmo. Jesús enseñó que el servicio
al prójimo es el concepto más alto de la hermandad de los creyentes
espirituales. La salvación debe darse por sentado por los que creen en
la paternidad de Dios. La mayor preocupación del creyente no debe ser el
deseo egoísta de la salvación personal sino más bien el impulso
altruista al amor, y por lo tanto al servicio del prójimo así como Jesús
amó y sirvió a los hombres mortales.
(2017.5) 188:4.10
Tampoco han de preocuparse mucho los creyentes genuinos por el futuro
castigo del pecado. El verdadero creyente tan sólo se preocupa por su
separación actual de Dios. Es verdad que los padres sabios pueden
castigar a sus hijos, pero lo hacen por amor y con fines correctivos. No
castigan porque estén airados, tampoco castigan como retribución.
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