miércoles, 11 de diciembre de 2013
ASPECTOS DE LA ORACION
En todas tus oraciones, sé justo; no esperes que Dios muestre
parcialidad, que te ame más que a sus otros hijos, tus amigos, vecinos,
aun tus enemigos. Pero la oración de las religiones naturales o
evolucionadas no es al principio ética, como lo es en las religiones
reveladas más recientes. Toda oración, sea ésta individual o comunal,
puede ser o egoísta o altruista. Es decir que la oración puede centrarse
en el yo o en los demás. Cuando la oración no busca nada para el que
ora ni para sus semejantes, esta actitud del alma tiende hacia los
niveles de la verdadera adoración. Las oraciones egoístas comprenden
confesiones y solicitudes y frecuentemente consisten en demandas de
favores materiales. La oración es un poco más ética cuando comprende el
perdón y busca la sabiduría para llegar a un mayor autocontrol.
(Página 998)
DEL LIBRO DE URANTIA
DEL LIBRO DE URANTIA
miércoles, 4 de diciembre de 2013
URANTIA - LECCIONES
(2017.4) 188:4.9 Este concepto de expiación y salvación a base de sacrificios está arraigado y anclado en el egoísmo. Jesús enseñó que el servicio
al prójimo es el concepto más alto de la hermandad de los creyentes
espirituales. La salvación debe darse por sentado por los que creen en
la paternidad de Dios. La mayor preocupación del creyente no debe ser el
deseo egoísta de la salvación personal sino más bien el impulso
altruista al amor, y por lo tanto al servicio del prójimo así como Jesús
amó y sirvió a los hombres mortales.
(2017.5) 188:4.10 Tampoco han de preocuparse mucho los creyentes genuinos por el futuro castigo del pecado. El verdadero creyente tan sólo se preocupa por su separación actual de Dios. Es verdad que los padres sabios pueden castigar a sus hijos, pero lo hacen por amor y con fines correctivos. No castigan porque estén airados, tampoco castigan como retribución.
(2017.5) 188:4.10 Tampoco han de preocuparse mucho los creyentes genuinos por el futuro castigo del pecado. El verdadero creyente tan sólo se preocupa por su separación actual de Dios. Es verdad que los padres sabios pueden castigar a sus hijos, pero lo hacen por amor y con fines correctivos. No castigan porque estén airados, tampoco castigan como retribución.
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